El afilado de una herramienta de diamante es una operación muy delicada, que debe realizarse en un centro especializado; para garantizar la máxima seguridad de la herramienta, es necesario que el alojamiento de la placa permanezca intacto para evitar que ésta se desprenda de la herramienta durante el uso.

En cada afilado, la placa de diamante se erosiona de 0,2 a 0,3 mm aproximadamente. Por eso, por ejemplo, las herramientas económicas que tienen placas de pequeño grosor no se pueden afilar más de 2 o 3 veces mientras que las demás pueden llegar a aguantar hasta 8 o 10 veces.